Artículo 2Sendas del Yoga
1-AHIMSA En la regeneración y divinización del hombre, el primer paso consiste en eliminar su naturaleza animal. El trato predominante entre los animales es la crueldad. Por eso los sabios y santos recomendaron Ahimsa.
La práctica de Ahimsa desarrolla el amor. Ahimsa es otro nombre de la verdad o el amor. Ahimsa es el amor universal. Es el amor puro. Es el amor divino, o Prem. Donde hay amor, hay Ahimsa. Donde hay Ahimsa, hay amor y servicio desinteresado. Todas estas cosas van juntas. El mensaje de todos los santos y profetas de todos los tiempos y climas es el mensaje del amor, de la no violencia, del servicio desinteresado. La no violencia es el mejor y más noble de todos los tratos que se encuentran expresados en la vida y actividades diarias de las almas perfeccionadas. La no violencia es el único medio no sólo para alcanzar la Salvación, sino también para disfrutar paz y dicha ininterrumpidas.
El hombre alcanza la paz no dañando a ninguna criatura viva. Hay sólo una religión: la religión del amor y de la paz. Hay un único mensaje: el de la no violencia. Ahimsa es un deber supremo del hombre.
Ahimsa, o abstenerse de causar daño a criatura viva alguna, es una cualidad distintiva en la que pone énfasis toda ética. La no violencia es una gran fuerza espiritual. Significado de Ahimsa, o no dañar, implica, por supuesto, no matar. Pero no dañar no sólo quiere decir no matar. En su significado completo implica una absoluta abstinencia de causar daño alguno a cualquier criatura viva, ya sea en pensamiento, palabra u obra. Para no dañar son necesarias mente, boca y manos inofensivas.
Ahimsa no supone un mero daño negativo, sino que es un amor cósmico y positivo. Ahimsa es el verdadero sacrificio. Es perdonar. Es energía, o
Sakti. Es la verdadera fortaleza.
Formas sutiles de Himsa o violencia
Sólo la gente ordinaria piensa que la no violencia consiste en no dañar físicamente a ninguna criatura viva. Ésta no es sino la forma grosera de Ahimsa. El voto de Ahimsa se rompe, simplemente, por mostrar desprecio hacia otro hombre, por tener antipatía o un prejuicio irracional hacia alguien, por mostrarse malencarado con los demás, por odiar a cualquier persona, por abusar de alguien, por hablar mal de otros, por murmurar o difamar, por cobijar pensamientos de odio, por proferir mentiras o por arruinar a otra persona de forma alguna. Toda palabra dura y desagradable implica violencia, o Himsa. Proferir palabras desagradables contra los mendigos, sirvientes o cualquier persona inferior es dañar. Herir los pensamientos de los demás por medio de gestos, expresiones, el tono de voz y palabras duras es también Himsa. Menospreciar o mostrar una descortesía deliberada hacia una persona ante los demás es un daño imperdonable.
Aprobar los actos desagradables de alguna otra persona es un daño indirecto. No tener éxito en aliviar el dolor de alguien, o incluso negarse en acudir a la persona que sufre, es una manera de dañar. Es el pecado de omisión, Evita estrictamente toda forma de rudeza, directa o indirecta, positiva o negativa, inmediata o retrasada. Practica Ahimsa en su forma más pura y hazte divino. Ahimsa y la divinidad son la misma cosa. Ahimsa, una cualidad del fuerte Si practicas la no violencia, debes renunciar también a los insultos, reproches y criticas.
Nunca debes vengarte, ni desear ofender a nadie, aun tras extrema provocación. No debes tener ni un solo mal pensamiento contra nadie. No debes cobijar ira alguna. No debes maldecir. Debes estar preparado a perder con alegría incluso tu vida en la causa de la Verdad. La Verdad Última sólo puede alcanzar se por medio de Ahimsa. Ahimsa es la cumbre de la valentía. La no violencia no es posible sin intrepidez. La no violencia no la pueden practicar personas débiles. No la puede practicar un hombre que tema terriblemente a la muerte y que no tenga poder de padecimiento y resistencia. Es un escudo no del afeminado, sino del poderoso. Ahimsa es una cualidad en la conducta del fuerte. Es un arma del fuerte. Si un hombre te pega con un palo, no debes tener ni un solo pensamiento de venganza, ni tampoco un solo sentimiento de antipatía hacia quien te atormenta. Ahimsa es la perfección del perdón. Recuerda los actos de los grandes sabios de antaño. Yaiadeva, autor del Guita-Govinda, dio abundantes y valiosos regalos a sus enemigos, Rezó así: «¡Oh Señor! Puesto que concediste la liberación a Tus enemigos Rávana y Kamsa, ¿por qué no se la concedes ahora a mis enemigos?» Todo santo o sabio posee un corazón magnánimo.
Pavahari Baba cogió un saco lleno de objetos diversos y siguió al ladrón, diciéndole: « ¡Oh Ladrón Naráiana! No sabía que eras Tú quien visitó mi casa. Te ruego que aceptes estas cosas insignificantes que poseo. » El ladrón dejó de huir, asombrado, ya partir de aquel mismo instante abandonó su hábito de robar, convirtiéndose en discípulo de Pavahari Baba. Recordando las nobles acciones de santos como Yaiadeva y Pavahari Baba, seguirás sus principios e ideales. Práctica gradual de Ahimsa.
Cuando se originan en la mente pensamientos de venganza y de odio, trata de controlar primero el cuerpo y la palabra. No profieras palabras duras y dañinas. No censures. No trates de dañar a los demás. Si lo logras practicándolo durante unos meses, los pensamientos de venganza, no teniendo oportunidad de manifestarse externamente, morirán por sí solos. Es extremadamente difícil controlar tales pensamientos al principio sin haber controlado primeramente el cuerpo y la palabra. Controla primero tu cuerpo físico. Si un hombre te pega, mantente calmado. Suprime tus sentimientos. Sigue las instrucciones de Jesucristo en su Sermón de la Montaña. Dice Jesús: «Si un hombre te golpea en una mejilla, pone también la otra. Si un hombre te roba la túnica, dale también tu camisa.» Esto es muy difícil al principio, pues las viejas impresiones, o Samskaras, de venganza - "ojo por ojo, diente por diente" y "pagar con la misma moneda" - te forzarán a vengarte. Tendrás que esperar fríamente.
Reflexiona y medita. Pregúntate a ti mismo (Vichara). La mente se calmará. Tu oponente, que estaba también muy furioso, se calmará a su vez al no encontrar oposición por tu parte. Quedará, además, asombrado y horrorizado, pues permanecerás como un verdadero sabio. Poco a poco, obtendrás así una fortaleza inmensa. Mantén tu ideal ante ti. Procura alcanzarlo, aun con pasos inseguros al principio. Ten una clara imagen mental de Ahimsa y de sus inconmensurables ventajas. Una vez controlado el cuerpo, controla tu palabra. Toma una determinación firme: «A partir de hoy no diré ni una sola palabra desagradable contra nadie.»
Fracasarás una centena de veces. Pero ¿qué importa? Lentamente ganarás fortaleza. Vigila los impulsos de la palabra y observa silencio, o Mouna.
Practica el perdón, o Kshama. Di internamente: «Es como el alma de un niño. Es ignorante. Por eso lo ha hecho. Debo perdonarle por esta vez. ¿Qué ganaría yo abusando de él a mi vez? Equivocarse es humano; perdonar es divino.» Elimina lentamente el apego a tu ego, o Abhimana, pues ésta es la causa y raíz de los sufrimientos humanos. Finalmente, acude a tus pensamientos y vigila todo pensamiento dañino. Nunca pienses siquiera en dañar a nadie. En todos mora un mismo Ser. Todos somos manifestaciones de un Dios único. Haciendo daño a otros, no haces sino dañar a tu propio Ser. Ama a todos. Sirve a todos. No odies a nadie. No insultes a nadie. No dañes a nadie en pensamiento, palabra y obra. Trata de contemplar a tu propio Ser en todos los seres. Esto fomentará tu no violencia.
(Artículo Senda Divina de Sri Swami Sivananda).

ContactoPodés enviarnos tu consulta o comentario completando el siguiente formulario y te responderemos a la brevedad. Gracias por comunicarte con SUTRA el valor del camino.
Contacto
Podés enviarnos tu consulta o comentario completando el siguiente formulario y te responderemos a la brevedad. Gracias por comunicarte con SUTRA el valor del camino.
Desarrollado por OSMOSIS